En 1822, la comisión administrativa encargada de gestionar la Cartuja habla de ruinas : todo ha sido saquaedo, vendido o tomado por los municipios vecinos... Entonces se decidió subastarla : el 28 de enero de 1836, los cartujos compraron de nuevo el monasterio por un precio de 65 300 francos.
Otra vez la Cartuja de Valbonne va renaciendo de sus ceñizas. Se hacen restauración y también construcciones nuevas. La capilla de las familias y la de la reliquias son renovadas. Resurrección general : el canto gregoriano suena de nuevo en el edificio, y afuera los campos se cubren de culturas hermosas. Se llenan de nuevo las caballerizas y se reconstituye el ganado. Tal como era en el pasado, los estranjeros, los necesitos son acogidos en el patio delantero y se podía pensar que esa colmena ruidosa se preparara para un buen futuro.
No obstante, aunque la Cartuja haya recogido vida y serenidad, aunque solo deseen paz y tranquilidad, silencio para la oración y la contemplación, una riña violenta interviene al nivel del Estado en cuanto a la « problematica laica ». La ley Combes del 1er de enero de 1901 pone las congregaciones bajo el control del Estado, que puede así autorizarlas o no , según su utilidad. Los cartujos de Valbonne y de las otras cartujas de Francia que no aceptan someterse tienen que exilarse. Se van a España donde rehabilitan la Cartuja de Aula Dei que en parte había sido destruida durante las dos últimas sedes de Saragoza por Napoleon Primero.
Aquella vez los monjes tienen que abandonar por definitivo su cartuja y Dom Gorce, último prior, se va de Valbonne el 30 de noviembre de 1901.